Trapitos en Plaza Conesa: violencia, extorsión y complicidad oficial

Vecinos denuncian que no pueden estacionar en la vía pública sin pagarle a cuidacoches ligados a movimientos sociales. Drogas, piñas y amenazas bajo la vista de la Patrulla Urbana de Quilmes.

La Plaza Conesa, en pleno centro de Quilmes, dejó de ser un lugar de encuentro familiar para transformarse en un territorio dominado por trapitos que actúan con total impunidad. Los vecinos relatan que, cada día, quienes intentan estacionar sus autos en las calles de libre estacionamiento son obligados a pagar una “tarifa” a los cuidacoches, y en caso de negativa sufren represalias: desde rayaduras hasta la rotura de neumáticos.

Un automovilista denunció que le tajearon una rueda por no entregar dinero. Otros frentistas aseguran que estos grupos consumen drogas a plena luz del día y se enfrentan entre ellos a golpes por disputas de territorio. Lo más alarmante, dicen los vecinos, es que todo ocurre bajo la mirada de la Patrulla Urbana municipal, que lejos de intervenir, parece brindarles cobertura.

“¿Quién los protege?”

La pregunta resuena en boca de todos los que viven o circulan por la zona. El malestar crece a diario y las denuncias formales no encuentran eco en la justicia ni en las autoridades locales. La sensación de impunidad es total.

La reflexión necesaria

Un espacio público no puede convertirse en tierra de nadie. La calle es de libre acceso y los ciudadanos no deberían pagar un “peaje” ilegal para estacionar. El silencio y la complicidad oficial solo fortalecen a estas mafias que transforman a Quilmes en un lugar más inseguro e injusto.

Si la plaza sigue siendo un escenario de extorsión y violencia, el mensaje es claro: el Estado está ausente donde más debería estar presente.

📌 Fuente: La Mirada de Quilmes Oeste

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